Normalmente cuando pensamos en la composición de los vehículos nos vienen a la cabeza grandes piezas de carrocería, el motor y los neumáticos, entre otros. Sin embargo, rara vez pensamos en los chips que contienen.

Los semiconductores son materiales, elementos químicos, que tienen propiedades para conducir la electricidad en función de las condiciones y factores a los que se encuentran expuestos, ya sean de temperatura, de presión, de radiación o de campo eléctrico o magnético. Tienen muchas aplicaciones industriales, principalmente en la fabricación de chips y microchips. Los semiconductores más utilizados son el silicio, el material más recurrente, el germanio y el selenio, entre otros. Estas placas electrónicas hoy en día se encuentran en la mayoría de los aparatos de la vida cotidiana como los electrodomésticos, los smartphones y los ordenadores.

En el sector de la automoción, encontramos chips en el interior de los vehículos, principalmente en el airbag, en los pretensores del cinturón de seguridad, en circuitos electrónicos, en sensores de lluvia o en los sensores de proximidad. Por tanto, los chips tienen una gran relevancia ya que se encuentran conectados principalmente en los sistemas de seguridad del vehículo. A pesar de todo, al comprar un nuevo vehículo se calcula que solo unos 300€ del importe total está destinado a la implementación de chips, un coste muy inferior a la importancia que tienen.

Este elemento indispensable ha provocado que por problemas de stock la producción de vehículos se encuentre afectada. Actualmente existe un desabastecimiento de chips en el mundo por varios factores. A raíz de la pandemia, se ha experimentado un aumento exponencial de demanda de ordenadores y aparatos electrónicos que llevan integrado algún chip en su interior, aumentando así la demanda de este elemento. También influye el parón en la fabricación de automóviles que tuvo lugar en el segundo trimestre del 2020 debido a la disminución de ventas y que provocó que los fabricantes de chips destinaran su producción a fabricantes de dispositivos electrónicos. Con la recuperación de la fabricación de vehículos, la demanda de chips por parte de este sector ha vuelto aumentar y los fabricantes de estas placas electrónicas se encuentran desbordados ante un mercado con una demanda que no para de crecer. A todo esto hay que sumarle el bloqueo del canal de Suez, que dificultó aún más la llegada de chips a los países europeos con fábricas de vehículos.

Aunque la producción de este material va a recuperarse gradualmente es probable que en los próximos meses sigan existiendo algunos problemas en el sector de la fabricación de automóviles, pero esto no tiene porqué repercutir considerablemente sobre las empresas. Desde la división Fleet & Mobility Solutions de AMAC valoramos que los inconvenientes se van a poder solventar con una planificación a más largo plazo por parte del gestor de flotas, anticipando aún más las necesidades.

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